domingo, 22 de septiembre de 2024

Se siente bien

- Se siente bien.

- El qué?.

- Saber.

-El qué?.

Que fui, que nunca fuiste,

que no soy, que nunca fuimos

que no siendo, soy

que no siendo eres

y no soy,

he sido,

y que no sea,

se siente bien.






viernes, 30 de agosto de 2024

El periódico

En busca de la noticia absurda que me alumbre.

Un travieso y alegre sacerdote desaparece entre las nubes, colgado a un montón de globos de helio de brillantes colores.  Su sonrisa extraviada, de antorcha alucinada sin miedo, subíendo hacía la estratosfera, ilumina al sol. Aleluya.

Seres humanos que tenían toda una vida perfecta por delante la han perdido atrapados en un velero de lujo que se fue a pique. Para esclarecer la causa y castigar a los responsables de tan espantosa muerte, lo reflotarán.

El hijo bronceado del famoso es condenado a cadena perpetua por hacer trizas a alguien que no correspondía a sus sentimientos.

Un hombre mata a su mujer, tropecientasmil veces.

El virus del Nilo acecha mientras el repelente de mosquitos quintuplica su precio. 

Israel hace una pausa humanitaria de tres días para vacunar de la polio a los niños palestinos. Después de la tregua los matarán pero vacunados.

Un mundo entero cruzado de brazos es testigo del genocidio, quedará sobre nuestra conciencia el exterminio de un pueblo entero. Siento lo que siento, es horrible lo que pienso, pero lo pienso.

Las piezas caen empujando la taza de café, funden la cucharilla diluida en tinta roja incandescente, se desliza por la alcantarilla como soldaditos de plomo tóxicos que ya no creen en nada y se dejan morir.

El suelo de losas blancas y negras se resquebraja, el humo sale a borbotones, no es humo es sangre, es la vida de nuestros hermanos, de nuestros hijos, es el grito de todos nosotros. Que nadie se levante, en un juego que no sabemos jugar, subamos el volumen, no tenemos nada que perder.

 



 



 

martes, 23 de julio de 2024

Horóscopo

Una gran mancha de aceite se extiende por encima de tí, para pegársete en las plumas en cuanto emerjas como una gaviota alquitranada, pero viva.

 Desconfío de quien cree en los horóscopos y lo reconoce abiertamente, sabe de qué signo zodiacal es su pareja ideal, los signos con los que son compatibles y con los que no. Puedes  querer  ser amigo de alguien o descartarlo del tirón solo con saber su fecha de cumpleaños, ahorrándote un montón de tiempo  y decepciones varias.

Nos pasan las mismas cosas, tenemos miedo, hambre, sed, frio, nos reimos, nos enamoramos, nos morimos en el mismo instante.

Pienso que estoy diciendo gilipolleces, tú también?

Por curiosidad, metí los datos que me pedía un programa informático para elaborar la carta astral y averiguar mi ascendente y mi luna. Nací un 19 de septiembre de 1975 a las 9:15 de la noche en un hospital de Valencia, por si hay alguien por ahí que se lo tome en serio y quiere mostrarme como funciona la magia del universo y me predice el futuro.

De pequeña si quería algo, cualquier cosa, creía que si la deseaba de verdad, con todas mis fuerzas, se materializaría.  En silencio y en la oscuridad, me proponía repetir 100 veces lo que fuera que quería. Recuerdo hacerlo infinidad de veces y siempre dormirme antes de terminar.

Cien es un número razonable y justo para merecer lo que fuera.

Iba a decir que la vida de los sueños es más divertida, pero me acabo de acordar de la horrible pesadilla que tuve anoche. Me fallaron la magia y la brujería.

De noche en medio de un campo de garbanzos, de girasoles o en la orilla del mar, cruzan tantas estrellas fugaces que no da tiempo a desear nada y merece la pena de todas formas. 

Reivindico mi derecho de ver las estrellas en cualquier lugar.  "Devolvednos las estrellas", " Devolvednos nuestro derecho a soñar", ya puestos también quiero de vuelta los ríos y los bosques, los pájaros, los jabalies, los lobos, los zorros, los linces, los osos, que se jodan las ovejas, me caen mejor las cabras con sus cuernos y sus pupilas rectangulares, suben a escarpados riscos, saltan desde las alturas sin temor a partirse la cabeza y saben defenderse y sobrevivir como putas locas.

Empecé a leer el horóscopo a diario cuando de pronto se cortaba la comunicación sin saber el motivo,  sumiéndome en un limbo de confusión, perdida y abandonada, una y otra vez. No eras tú, era otro, pero dá igual uno que otro porque me enamoraba de cualquiera que me diera un poco de atención, el resto lo ponía yo.

Enamorada de todas formas con un mono total de saber de tí, de él, de todos los que sois en realidad el mismo, echaba mano de los horóscopos para poder observarte de lejos. Si supieras como te quería, un amor que me desequilibraba y me enfermaba porque no era correspondido y no era capaz de entender.

Aprenderé a leer el tarot para decirte la verdad (que se ve a simple vista), si me pides que te la diga. Que el amor está en todas partes, las personas que quieres, saben que las quieres, sabes que te quieren y todo está bien aunque estén lejos.

La frialdad, las faltas de respeto, las traiciones, las mentiras, todo ese poco te lo devuelvo porque es tuyo.

Todo lo que te dí, quedátelo, porque tengo de sobra. 

Hoy el horóscopo dice que en el fondo me quieres y le creo.

Como sé que brillan infinidad de estrellas aunque no las vea.

 

 



viernes, 5 de julio de 2024

Un cuento

Érase una vez

Todo mentira salvo la moraleja

Que más mal que bien

La luz siempre alumbra

Para que dejen de importar

Los putos rollos del personaje 

Maravilloso que inventas

Si fueras capaz, si fueras

Algún día

Me olvidarás

Fin.


 

 


 


martes, 25 de junio de 2024

La lista de deseos


Un macaón en la viborera, un gato negro sin cola, castrado, marcado en la oreja

Escucha los latidos del corazón, Zakarías, le llaman

No dejan de salir mujeres de su cueva

No es a él a quien buscaba.

La luna se fue de fiesta, maquillada de plata, engalanada de rojo, desangrada

Se hace la muerta , no hay hogueras en la playa. 

No la ví en tres días. Estuve dormida. Tampoco recuerdo si la ví en sueños.

Se levantó temprano el levante por la mañana, veinte nudos atados a la 

misma distancia subiendo por la escalera.

Hoy no vienen, ni ayer, ni mañana vendrán para realizar el conjuro que devuelva 

todo a su lugar y a mí, a mi sitio.

En un fuego hueco de arena, arden deseos.


jueves, 20 de junio de 2024

El pez

De vuelta al rio

Al oscuro olvido

Del para siempre

A lo de menos

Al deseo en bucle

De calles desiertas

En las altas horas

De luna roja

Y lluvia imprevista

Suelto el anzuelo 

Y la boca rota

De un horizonte desconocido

Henchido de amor.




 

sábado, 15 de junio de 2024

La cajita de música

Hay mujeres y un perro

Alredededor del vestido rasgado

Seguro hay pájaros trinando 

Sus propios nombres

Bajo el bosquecillo 

Del tapiz

La tapa no cierra


El eje 

No gira 

Sin bailarina

Pero

Si le das cuerda suena

Una historia de amor

En la cajita de música.

jueves, 13 de junio de 2024

14 borradores

O escribo lo que sea de un tirón o soy incapaz de continuar lo que empecé, atascada en la eterna

Búsqueda de sentido,  no hay nada en mí de aquello que quería decir

Porque no te importa

Haré un batiburrillo, un gurruño, una pelota de palabras, un cádaver exquisito conmigo misma, para resumirlo 

en un único borrador dadaista y absurdo

Con mi vida

En este espacio no existo, pero tú tampoco

Consciente diluida y  cubierta de polvo

Descubierta abandonada

Retenida

Tras la muralla y el arco

Otra decepción

Otro borrador.







domingo, 9 de junio de 2024

El aldabón

Sólo quería echarse una buena siesta, apenas podía recordar con quien pasó la noche anterior y sin dormir fue a bucear para que no lo pillaran en casa. Unos y otros habían estado buscándole durante la semana para solucionar cualquier problema que hubiera en el barrio, tan dispuesto a ayudar que cuando lo necesitaban de verdad, nunca estaba y siempre le andaban molestando. Bucear era lo mismo que desaparecer de este mundo,  sumergido en el silencio azul se olvidaba de todo, pero se estaba hartando de tener que escapar al fondo del mar para que lo dejaran en paz. 

 Volvía a casa con la perra, contenta de estar por fin a su lado, después de esperar durante horas en la orilla, para verlo resurgir de pronto, con el orgullo resbalándole desde la cabeza a los pies, cargado de pescado y un pulpo enrollado en el brazo. Encendió el fuego para asar el enorme lenguado, metió vivo al pulpo en el congelador. Comió la mitad del pescado y puso la otra mitad en el plato de la perra que tumbada en el pasillo miraba fijamente la puerta, aguardando pacientemente su turno.

La puerta de la casa subiendo la cuesta tras la muralla, no tenía timbre pero sí un aldabón con forma de lagarto enroscado sobre sí mismo, que parecía mirar directamente con ojos brillantes y saltones a quien lo tocara, encontrado en un derribo, parecía muy antiguo. Le encantaba encontrar tesoros perdidos u olvidados, dejados atrás como si no importaran nada. Junto a él volvían a recuperar su lustre, su brillo, su justo valor. El sonido del hierro al golpearlo retumbaba en toda la casa.

Así que conectó el llamador a unos cables, neutro para el lagarto, fase a la placa de metal atornillada a la puerta, en el extremo de los cables puso un enchufe listo para usar si alguien tuviese la mala idea de darle por culo. Algo que estaba deseando que ocurriera porque en el momento en que el lagarto posara el vientre en la placa de metal harian contacto y una descarga de 220 woltios le recibiría para darle su particular bienvenida.

Subió las escaleras con la perra pisándole los talones, cerró la ventana y bajó la persiana. Los dos reventados perra y amo se tumbaron en la cama.


Cuando dormía su mente era una cámara insonorizada, si hubiera estado dormido nada hubiera podido despertarle, pero en el mismo momento en el que el sueño le abrazaba, llamaron a la puerta y el estruendo le espabiló.

No iba a a levantarse, estaba agotado. Ya se cansaría quien fuese de llamar.

Cerró los ojos e intentó dormir pero era imposible, una y otra vez golpeaban el aldabón. Cuando parecía que paraba por fin, comenzaba de nuevo, como un terremoto. Se estaba cabreando de verdad.

La sangre bullía en su cabeza y el calor le abrasaba el pecho, conocía bien ese estado, la rabia se le desbordaba y la ira incontenible hacían que sintiera miedo de sí mismo. Se tapó los oidos con la almohada.

La perra ladraba nerviosa, saĺía y entraba de la habitación, subía y bajaba de la cama y no paraban de llamar.

Bueno ya está bien, pensó. Lanzó la almohada contra la pared, de un salto se levantó furioso, bajó las escaleras apretando los dientes y los puños. Lo que de verdad le apetecía era abrir la puerta y romperle los brazos, las manos y la puta cara a quien quiera que fuese, así aprendería la gente a no insistir, en cambio  enchufó el cable del aldabón y volvió a la cama.

Durmió de un tirón hasta el día siguiente. Cuando despertó abrió la ventana. Por las rendijas de la persiana se colaba la suave brisa y el rumor del mar, deseándole los buenos días.

Bajó a desayunar a la cocina. Mientras hervía el agua para el té se dio una ducha fría para quitarse de encima el sueño y el calor del cuerpo, todavía le quedaba algo de pescado para comer, por la tarde iría a bañarse a su cala favorita.

Cuando el té estuvo listo, cogío un vaso y la tetera cargada de hierbaluisa y azúcar y fue a sentarse bajo la higuera junto a la puerta de su casa para tomarlo tranquilamente y liar los porros que fumaría durante el día. 

De pronto recordó que no había desenchufado de la corriente el cable conectado al aldabón.

Así que antes de abrir tiró del enchufe y salió a la calle, la perra disparada dirección al arco de la entrada de la medina fue a inspeccionar lo que se cocía en el zoco y dar su vuelta de rutina.

La higuera despedía un olor dulzón y embriagador. Le dió un buen sorbo al té, apartó los higos que se desparramaban sobre la mesa y pondría a secar más tarde y empezó a liar canutos. Sentado en la mesa de madera con la puerta abierta de par en par, bajo la sombra perfumada de la honorable higuera mirando hacia la muralla, era como decir, ahora podéis venir, este es el momento idóneo si alguien quiere  hablar conmigo y su vecino de enfrente lo sabía. Viejo amigo de un tio  paterno, con fama merecida de chivato y cotilla nunca se había metido en sus cosas, lo conocía desde niño, le había enseñado a escribir con la diestra atándole la siniestra, ya que mostraría claramente a los demás lo que era en realidad, un demonio. Lo respetaba. Caminaba con las manos cogidas a la espalda con aire meditabundo por el callejón. Su semblante serio y preocupado bajo el gorro de lana que siempre llevaba hiciera frío o calor, presagiaba malas noticias. Se acercó a él y acariciándose la barba, le preguntó:

 - Dónde estuviste ayer en todo el día?.

Sin levantar la vista respondió que había estado en el mar toda la mañana, después estuvo durmiendo y que acababa de despertar.

- Es que me necesitaste para algo?. preguntó mientras colocaba el porro perfecto, recién hecho, alineado junto a los demás en la cajita de caoba.

Entonces el vecino alargó el brazo, cogió un higo que acababa de estamparse sobre la mesa para mostrarles la pulpa de un rojo intenso, se lo comió de un solo bocado sin dejar de mirarle a los ojos como cuando escrutaba el mar en busca de  esos malvados tirubones que se acercaban a la orilla de vez en cuando y de los que había que tener cuidado si salías a pescar, y se sentó a su lado para contarle en voz baja de lo que había sido testigo desde su balcón el día anterior. 

- Sobre las tres de la tarde, la policía llamó a tu puerta, parecía que algo gordo pasara porque llegaban más coches de policía del que salían más agentes para sumarse al grupo que tan pronto se agolpaba en los escalones de la entrada, como se dispersaba y echaban a correr en todas direcciones y volvían a apostarse en tu puerta. Era todo muy extraño.

Esperaron durante horas a que la puerta se abriese o alguien apareciese; hasta que anocheció y finalmente se montaron en sus coches y se fueron. Estábamos todos muy preocupados, nos temíamos lo peor.

- Y qué querían?, preguntó mientras escogía de entre todos los porros dispuestos, el que más le gustaba y lo encendía.

- Eran tantos policías que ni yo ni nadie se atrevió a preguntar para qué te buscaban!, ya sabes como se las gastan por aquí, pero me muero de la curiosidad.

Se encogió de hombros, trás el denso y espeso humo del hachís, sonreía.





 


domingo, 25 de febrero de 2024

Un monje budista

 

No pienses de noche

Con el respeto que merece un comino

Haz una candela con la esperanza

Que te dé claridad y descansa junto a tu sombra y

Tu perro que es tu alma gemela

Porque no hay nada que arreglar

Por la mañana agradece el agua fresca, el cielo rosa

En el cruce del camino vuélvete a encontrar

Medita bajo el árbol que sembraste

Ni delante ni detrás del ahora 

Con un mudra manda al carajo a Dios 

Y a todo aquel que no te desee lo mejor

Abandona el sufrimiento del sufrimiento del sufrimiento del sufrimiento 

De todas las vidas que arrastras

Como un monje budista.

miércoles, 14 de febrero de 2024

San Valentín

La luna boca arriba se deja hacer 

Venus le besa el ombligo para sellar un pacto

Le dice que es la cosa más bonita que hay

Sobre la tierra

Se atreve a decir la verdad

No la quiere.

Perder.

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